Superar el duelo

25 Jun

superar el duelo

 

La vida es una continua bienvenida, y a la vez una continua despedida.

Con cada nuevo nacimiento damos la bienvenida al mundo a nuevas personas que formarán parte de nuestra vida, a las que acompañaremos en su proceso, con amor, dándoles nuestro calor y una parte de nosotros.

Con cada despedida, personas que nos han acompañado en nuestro viaje se marcharán de nuestro lado.

Lo vivido junto a ellas, lo compartido no lo puede borrar nadie, una parte de nosotros se irá con ellas y otra mucho más grande y a veces invisible se quedará para siempre prendada de nuestra alma y nos ayudará a avanzar y a seguir nuestro camino.

Dar la bienvenida nos resulta siempre más fácil porque parece que nos añade, que nos llena y nos completa.

Lo difícil, el gran reto es aprender a decir adiós, aprender a desprenderse de aquello que tanto amamos y que sentimos que ya no está.

Dicen que el duelo es el precio que pagamos por haber amado, y ese proceso de dejar marchar no siempre resulta fácil, porque el dolor de lo perdido muchas veces empaña nuestra vida y no vemos salida a esa sensación de pérdida que nos arrastra hasta las profundidades.

Pero ese dolor siempre se puede transformar,se puede superar, siempre podemos aprender a decir adiós con amor, honrando el legado de quien nos dejó y reemprender el vuelo, más llenos que nunca de todo lo compartido y vivido junto a aquel que hemos perdido.

Es mucho mejor sentir dolor por haber amado y compartido camino con alguien que no haber vivido esa experiencia, por dura que resulte.

No podemos protegernos de la muerte, porque forma parte de la vida.

Honrar lo vivido, sentirnos bendecidos por lo compartido, agradecer el camino andado, abrazar ese dolor y despedirnos con gratitud de lo que tanto amamos y salir fortalecidos de esa experiencia.

Te acompaño a vivir ese proceso con amor y a recuperar la fuerza y la ilusión para seguir adelante, para seguir viviendo y compartiendo viaje contigo mismo y con otras personas que vendrán.

Te acompaño a decir adiós y que esa despedida sea el principio del resto de tu vida y a que guardes como un tesoro el amor de esa persona en tu corazón y ese calor sea el motor para seguir adelante.

Te acompaño a mirar a tú alrededor y descubrir que a pesar de lo perdido, te has quedado con mucho y que aun tienes mucho por vivir, descubrir y aprender.

¿Me dejas que te acompañe en este viaje?

 

 

 

 

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