Despedirse es de valientes

27 Feb

Asi es, despedirse, decir adiós, es un acto de valentia.
Hay adioses elegidos en los que uno decide despedirse de algo, cerrar una puerta, pasar pagina, desvincularse de una relación de pareja, de una amistad, un proyecto.
Aunque sea elegido no está exento de dolor, porque es igualmente una pérdida, algo que amamos, que hicimos parte de nosotros, que soñamos y debemos alejar.
Y duele ser el verdugo, el que pone el punto final, el que sentencia de muerte lo que deja.
Hay otros adioses que vienen impuestos….algunos inesperados, sin previo aviso, otros ponen punto final a una larga agonía…de algo que lentamente veíamos marchitarse.
Ninguno exento de dolor, de desgarrarnos, de querer extender la mano para poder aferrarse a lo que ya no está.
Hay que ser valiente para dejarse marchar, para dejar que te dejen, para marcharte, para no mirar atrás.
El mayor acto de amor es justo ese.
Dejar que te dejen y despedirte con valentia y con amor.
Elegir dejar a otro y despedirle con valentia y con amor.
Y conectar con ese dolor, con el sabor agridulce de todo lo que podía haber sido y nunca será.

Y conectar con todo ese amor y ese sabor agridulce de lo que sí fue , de la belleza de lo compartido y lo vivido que nunca se borrará.

Que todos tus finales sean grandes finales, llenos de valentía y amor.

Que seas valiente para amarte lo suficiente como para decir adiós cuando toque y aceptar el adiós de los demás cuando te llegue.

Decir adiós con amor, aceptar el adiós con amor, para seguir siendo amor en movimiento.

El amor nunca muere, solo se transforma y lo transforma todo a su paso.

Que tus adioses estén llenos de amor y te transformen.

 

Expande tu luz

12 Dic

 

Otro año más llega la Navidad, una fecha odiada por muchos y venerada por otros.

Al margen de la religión o de las creencias que cada uno profese, es un tiempo de magia.

Es un tiempo de renacimiento de la luz, de expandir el corazón.

Yo lo siento así en cada célula de mi cuerpo.

Es tiempo de honrar y recordar a los que ya partieron, de recordar con una sonrisa en los labios todos los momentos que compartimos con ellos, porque por dura que haya sido la despedida, su amor y  su calor permanecerá por siempre en nuestros corazones.

El amor no pasa nunca, hay una parte de él que es inmortal.

Igualmente pasa con las personas que una vez formaron parte de nuestra vida, pero en algún momento, decidieron continuar su viaje en esta tierra sin que formemos parte ya de su andadura.

Aunque una parte de nosotros se haya resistido a dejarles marchar, al volver la vista atrás si somos capaces de conectarnos a la esencia de lo compartido podremos  contemplar la belleza de lo vivido y el amor de lo compartido.

Nada es eterno, nosotros mismos somos un ejemplo de que todo tiene tarde o temprano un final.

Por eso, te invito a expandir tu luz y tu amor a todos los que sí están presentes en tu dia a dia en estas fechas  y a conectar con la idea de que Navidad es todos los días, todas las horas, todo el tiempo.

Siempre es el momento perfecto para regalar amor, honrar y agradecer los infinitos regalos que nos ofrece la vida, aunque ninguno venga para quedarse.

Siempre es el momento perfecto para vivir en plenitud, en presente perfecto, en presencia perfecta, porque la vida es aquí y ahora.

Así que deja que ese espíritu de compartir y regalar amor te invada, sea cual sea tu situación.

El premio de abrir tu corazón y expandir tu luz es inmenso.

Comparte tu luz, expande tu luz, permiteté ver la luz en todo y en todos.

Somos luz y amor.

Te deseo una Navidad llena de luz.

Sandra