El poder de las emociones

10 Mar

 

el poder de las emociones

Nos cuesta mucho entender el poder de las emociones.
Hay un dicho que dice que el cuerpo primero susurra, luego habla y después te grita.

El cuerpo grita cuando no has atendido a ninguna de las otras llamadas que te ha hecho para que le escuches.

Vivimos  en un mundo que sigue penalizando que mostremos nuestras emociones y más allá de eso que les hagamos caso, que nos dejemos sentir.

Porque todas las emociones tienen un propósito, están para algo, todas son valiosas y contienen un mensaje enormemente valioso.

Son el primer susurro de nuestro cuerpo, pero no las dejamos, no las escuchamos, las sepultamos y se anclan en lo más profundo, convirtiéndose con el tiempo en un nudo en algo que nos ata y nos impide avanzar.

Nos siguen enviando señales de que siguen aquí,pero nos cuesta tanto atenderlas.

Todas tienen un mensaje, encierran un tesoro oculto en su interior, pretenden que nos demos cuenta de algo.

Tendemos a huir por ejemplo de la ira, el miedo , la tristeza… cuando si les atendemos, si nos dejamos sentir, si las dejamos salir, cumplen su función de limpiar, aclarar, darnos luz sobre algún asunto y después podremos despedirlas y seguir avanzando.

Honremos lo que sentimos a cada instante, es la única forma de vivir en equilibrio con nosotros mismos, la única forma de que un día nuestro cuerpo no nos tenga que gritar en forma de alguna enfermedad seria y entonces nuestra vida se complique de una forma que tenga más difícil solución.

Respira tus emociones, envuélvete en ellas, acogelas, escuchalás, conviértelas en un aliado en vez de en un enemigo al que combatir.

No son tus enemigos.

Proceden de ti, forman parte de ti.

Pero tú eres mucho más que tus emociones, eres un ser poderoso con todos los recursos a tu alcance para crecer y aprender de cada experiencia que te trae  la vida, por dolorosa que a veces pueda ser.

Las soluciones no están ahí fuera, las soluciones vienen desde dentro, están en ti.

No escapes de ti.

Conecta,Siente, Escucha, Aprende y después libera lo que ya no te sirva.

No esperes a que tu cuerpo grite.

 

 

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