La infertilidad

2 Mar

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Despedir lo que no tuve, y aun así me dolió tanto perder.

Cómo puede ser que un deseo no cumplido duela tanto, solo las personas que han pasado por esta experiencia pueden saber exactamente de lo que estoy hablando.

Cuando el deseo de ser padre o madre, lo nubla todo y ese deseo se convierte en tu único objetivo, en tu única razón para vivir.

Y en nombre del amor, haces concesiones y permites agresiones a tu cuerpo y a tu alma, que te van hiriendo cada vez un poco más.

Y esas heridas te van desangrando lentamente, hasta que tal vez un día ya no puedes más.

Hasta que tal vez un día te ves en un pozo sin fondo del que no ves cómo salir.

Y luego está el silencio, el peor de los silencios, uno que te devora por dentro, porque nadie sabe, porque nadie entiende que sucede y porque tampoco quieres compartir con nadie lo que te está sucediendo.

Las personas que están sumidas en el bucle de los tratamientos de fertilidad fallidos una y otra vez, van pasando por todo ese proceso sintiendo que han perdido su poder, que su futuro y su vida está en manos de terceros, en los que depositan su confianza, perdiéndose a sí mismas por el camino y sin tener conciencia de lo que está sucediendo.

Cada vez que el peor de los escenarios sucede,toca levantarse otra vez y volver a intentarlo, una vez, otra vez….¿cuando será suficiente?

Y de pronto una mañana al mirarte al espejo, no reconoces lo que ves, ves una mirada profunda y triste y te cuesta reconocerte.

En el mejor de los casos, llega un día, que la pesadilla termina con un por fn tan deseado embarazo, comienza entonces otro proceso, el de vivir con angustia algo bello y deseado por miedo a perderlo.

Y el dolor de lo pasado, sigue ahí golpeando, aunque ya tengas a tu bebé en brazos, es un legado del que deberías liberar a tu hijo y a ti mismo ¿no crees?

En otros casos, en que se pierde la batalla,o que decides abandonar, todo ese duelo tan tremendo se queda prendido en el alma y puede que destruya a su paso todo lo que una vez tuviste, pareja, amigos, entorno.

Pero también hay casos en que plantas cara a lo que sucede y puedes mirar más allá, sanar todo eso que has vivido y elegir que vas a hacer con ello, cerrar ese ciclo y mirar al futuro con nuevas ilusiones, sabiendo que eres mucho más que ese deseo, que liberándote del pasado y de ese peso, de nuevo se abren ante ti, infinitas posibilidades.

Ponte en marcha, ninguna situación es imposible de transformar, te mereces ser feliz.

Porque la vida no es lo que nos sucede, si no lo que elegimos hacer con lo que nos sucede.

Si estás en alguna de estas situaciones, pide ayuda, tú eres lo más importante no lo olvides, tú eres mucho más que ser padre, o  ser madre, o la pareja de alguien.

 

 

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